
Encuentro de oración | Argentina
06/01/2025
Evangelistas de Iberoamérica se unieron en un Punto de Encuentro virtual para profundizar en la intercesión
06/13/2025El poder del equipo se ilustra en la vida del apóstol Pablo, quien recibió un llamado claro de parte del Señor (Romanos 15:20), pero que constantemente demostró dependencia de los demás mientras trabajaban juntos por el bien del Reino. Pablo no era un llanero solitario, no veía su contribución individual como más importante, sino que consideraba un gozo y un privilegio servir en su calidad de apóstol de los gentiles y como siervo del Señor. Pablo promovió a otros antes que a él mismo (Fil. 2:19-29).
Sus relaciones moldearon profundamente los primeros fundamentos de la misión cristiana. Todos necesitamos cultivar el tipo de relaciones que se conviertan en catalizadores de un mayor impacto del Reino. En nuestra cultura cristiana de celebridades, es fácil olvidar que Dios elige trabajar en equipos y que detrás de cada evangelista eficaz (pastor o líder) hay un equipo comprometido.
Puede parecer un poco extraño, pero quizás ningún otro pasaje de las Escrituras en el Nuevo Testamento habla más del poder del equipo que el cierre de Pablo en el libro de Romanos 16:1-16. En estos 16 versículos, Pablo menciona 27 nombres. Menciona parejas casadas (vv. 3; 7), elogia a esposas excelentes (v. 3), se refiere a una casa donde el padre era incrédulo (v. 10). Elogia a las hermanas (v. 12), a un hermano y a una hermana (v. 15), así como a una presunta madre soltera y a un hijo (v. 13).
El cierre de la carta que Pablo escribió a los creyentes en Roma es un hermoso caleidoscopio de relaciones que sirve como un importante recordatorio de la cultura cristiana individualista, consumista y famosa de hoy. Está claro que Pablo pudo lograr grandes cosas en el ministerio como resultado de las relaciones que forjó y celebró.
¿Qué cualidades debemos celebrar en nuestros equipos?
A lo largo de esta porción de las Escrituras, Pablo se refirió a varias cualidades evidentes en aquellos con quienes sirvió. Pablo celebró las siguientes cualidades en Romanos 16:
• “Servidora de la iglesia” v.1
• “Gran ayuda para mucha gente” v. 2
• “Gran ayuda para Pablo” v. 2
• “Colaboradores” v.3
• “Arriesgaron sus vidas” v. 4
• “María… trabaja duro para vosotros” v. 6
• “Estuvieron en prisión conmigo…” v. 7
• “Compañero de trabajo y querido amigo” v. 8
• “Probado y aprobado” v. 10
• “En el Señor” v.11
• “Mujeres que trabajan duro en el Señor” v. 11
• “Escogidos en el Señor” v. 13
Pablo claramente valoraba las contribuciones y el servicio de muchos otros líderes cristianos de su época. Pablo no fue el único que sirvió, se sacrificó o sufrió por la causa de Cristo. Esto quizás sea un gran estímulo para cada uno de nosotros: no tenemos que ministrar solos, y se logran cosas más grandes cuando no nos importa quién recibe el crédito (algo que Reid Saunders, miembro del Consejo de la GNE, mencionó en un reciente viaje colaborativo a Malawi)!
Dios usa a las personas colectivamente para demostrar el poder del Evangelio para unir, empoderar e impactar. Luis Palau demostró este principio en su propio ministerio y muchos miembros del equipo que sirvieron en el personal siempre supieron que eran valorados por los comentarios de Luis sobre el increíble equipo que tenía. Antes de que Luis falleciera, Ted Bruun (miembro de GNE) compartió este conmovedor tributo en Facebook:
“Durante los últimos casi 20 años, Luis y su equipo se han unido silenciosamente a visionarios y evangelistas jóvenes, desconocidos y, a menudo, relativamente inexpertos. En lugar de aprovechar sus logros y experiencia para construir su propio reino cada vez más grande, Luis dirigió a su equipo a invertir gran parte de su tiempo, esfuerzo y recursos para ayudar a formar una nueva generación de líderes que pudieran continuar este trabajo para: Demostrar y declarar el amor de Dios a todos, en todas partes”.
Esta testimonio demuestra el poder y las posibilidades que surgen de elevar a otros y practicar lo que Pablo menciona en Filipenses 2:2-4: “Nada hagáis por ambición egoísta o por vanidad, sino con humildad, estimad a los demás por más importantes que vosotros mismos. Que cada uno de vosotros mire no sólo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás”. ¡La evangelización efectiva requiere un equipo!