La hoja de ruta de Jesús para la evangelización
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10/28/2024Todos debemos tener la intención de fomentar diversas relaciones para ser ministros eficaces de las Buenas Nuevas y convertirnos continuamente en las personas que Dios nos creó para ser. Para tener una perspectiva completa, necesitamos una variedad de relaciones en diferentes etapas. Necesitamos a alguien delante de nosotros que nos brinde buenos consejos y nos guíe, alguien a quien acompañemos en el viaje y compañeros de confianza que nos acompañen, brindándonos aliento, amonestación y comunidad.
Esta es una simple verdad bíblica modelada por el apóstol Pablo, entre muchos otros.
¿Qué podemos aprender de las relaciones de Pablo?
UNO: Pablo no era un llanero solitario y se concentraba constantemente en construir relaciones con los demás. ¿Qué relaciones faltan en tu vida y ministerio en este momento? Todos necesitamos un “Pablo” en nuestras vidas. Pablo era un siervo (del Señor y de Su iglesia) y como resultado pudo ver su ministerio a través de este importante lente. Pablo fue mentor de Timoteo, fue apóstol de los gentiles, fue un alentador, un teólogo y un apologista. También necesitamos un “Timoteo” a quien asesoremos y en quien podamos invertir nuestras propias vidas. Necesitamos un “Bernabé” que nos anime en el camino. Necesitamos un “Natán” que nos reprenda cuando nos desviamos y nos ayude a rendir cuentas. El Dios al que servimos es un Dios Trino y fuimos creados para tener relaciones y necesitamos permitir que el Espíritu de Dios nos ayude a redimir esta área de la vida.
DOS: Las relaciones tienen sus limitaciones. En 2 Tim 4:9-18 leemos sobre las limitaciones de las relaciones de Pablo y nos damos cuenta de las decepciones que a menudo surgen debido a las expectativas que podemos establecer en función de las relaciones que cultivamos.
Debemos darle más valor a nuestra relación vertical con Dios que a las relaciones horizontales con quienes nos rodean.
Cuando los amigos nos abandonan y las personas que nos rodean nos decepcionan, es Dios quien está a nuestro lado. Pablo dice: “…el Señor estuvo a mi lado y me fortaleció” (2 Tim 4:17).
TRES: En un equipo debemos valorar los logros y cualidades espirituales por encima de la productividad. Al observar la lista anterior, ¿notas cómo Pablo hace más referencia a las cualidades espirituales que sirven al Reino de Dios que a las habilidades prácticas que todos podemos desarrollar? Pablo nunca elogió a nadie por estar ocupado, sin embargo, esto se ha convertido en una métrica importante para quienes están en el ministerio. Pablo nunca celebró la obtención de títulos, quizás su título más grande fue el de “siervo del Señor”. La métrica del éxito de Pablo no residía en los números, ni tampoco la de Jesús. A Pablo muchos lo abandonaron (2 Tim 4) y Jesús vio a menudo que las multitudes se alejaban (Mc 10:17; Jn.6:66). Lo que debemos celebrar son los logros espirituales que sirven para hacer avanzar el Reino de los Cielos en la tierra y ayudar a reenfocar nuestra perspectiva terrenal.
CUARTO: Reconocer y celebrar las diversas contribuciones que hacen que cada equipo gane. Pablo mencionó varios tipos de personas en el saludo final a la iglesia en Roma. Este es un recordatorio útil para que cada uno de nosotros reconozca, afirme y muestre afecto por la contribución individual de cada persona.
Dios es un innovador creativo que ha dotado a la iglesia con una belleza tan inmensa que se manifiesta a través de la expresión individual y diversa.
¿Quién forma parte de tu red? Nadie es una isla; fuimos creados para estar en comunidad y tener relaciones profundas y significativas. ¡Esto es especialmente cierto para quienes están en el ministerio! Si vamos a brillar más para el Señor, será como resultado de tu círculo de mentores con los que nos rodeamos, reflejando la naturaleza comunitaria (Trina) del Dios al que servimos.